sábado, 6 de diciembre de 2008

TRIGÉSIMO

Los Españoles que aquel 6 de Diciembre de 1978, podíamos y debíamos ir a ratificar o anular lo que habían aprobado las Cortes, en su gran mayoría habíamos nacido en la posguerra, o en plena Segunda Guerra Mundial o Civil Española. Otros y no muchos menos habían nacido en Plena Primera Guerra Mundial, la “Gran Guerra” y muchos de los que aquel día fueron a los colegios electorales a depositar su papeleta, con el si o con el no, eran nuestros padres y abuelos que habían nacido a finales del Siglo XIX, y primero del XX.
En el grupo de Españoles, que habíamos nacido entre los años 1930 y 1959, un gran numero de ellos no teníamos mucha idea de política, quizás nuestros padres nos repitieron demasiadas veces que no nos metiéramos en ese tema, otros habíamos intentado conocer algo más de ese “misterio”, y no muchos habían seguido “la llamada de Salvadores de la Patria” y se dedicaron a eso. Los demás en cuanto pudimos nos pusimos a trabajar, había que ayudar a nuestros padres, y muchos a la par estudiabamos.
Aquel día no era festivo era Miércoles, así que la empresas tenían que dar media jornada de permiso para que los trabajadores fueran a los colegios electorales, eso si, luego había que llevar el justificante. Quizás esta circunstancia asi como errores en los censos, dio un porcentaje, 32,89%, de abstención superior a lo previsto, añadido claro está al desconocimiento, temor y desconfianza de que era lo que teníamos que hacer, es un texto demasiado largo, y no todos estábamos de acuerdo con la totalidad de lo que en el se decretaba, algunos pedíamos que se votara por capítulos, otros sencillamente que se modificara en lo imprescindible “La Pepa”, y una gran mayoría confiábamos en lo que siete hombres “los Padres de la Constitución”, habían en consenso creado, y en ellos depositamos la importante responsabilidad que en aquel día teniamos para el futuro de nuestros hijos, y del nuestro.

De este modo el 87% de los que fuimos a depositar las papeletas a las urnas ratificamos “La Constitución Española”, --porque se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo--.
O al menos así lo entendimos, aunque a veces se duda si los Salvadores de la Patria, han entendido sencillamente el preámbulo, o el Articulo 1º, ó el Articulo 2º
Lo ha entendido cada uno de los Salvadores de la Patria para su propia ambición, lo de la solidaridad, lo dejan para defenderse si los demás no son solidarios a sus ambiciones, ó el Artículo 3º
Lo han utilizado para marcar las fronteras de sus territorios, donde enarbolan la bandera de su propio partido según la interpretación que quieren darle al Artículo 4º
Y así podemos enumerar cada uno de los Artículos de La Constitución Española, que es acatada por la gran mayoría de los españoles, y vulnerada por quien más la tenia que defender.
Y si no oigamos a los Salvadores de la Patria, cuando dicen que: la Reforma de la Constitución no es una tarea prioritaria. ¿Cómo va ser prioritaria si hay tantos Artículos que han sido interpretados al mejor interés de ellos mismos?. Se hace innecesaria.
Y aunque se dice que como muestra vale un boton, y ya hemos puesto cuatro, señalemos uno más el Articulo 27º, casi cada palabra ha sido vulnerada.
No es que tiempos pasados fueron ni mejores ni peores, es que hoy 6 de diciembre de 2008, siento añoranza de aquel 6 de diciembre de 1978, cuando los españoles veíamos un futuro lleno de ilusión y esperanza.
Y no es que crea que los Españoles hemos perdido la esperanza, eso nunca se ha de perder, pero la ilusión quizás si la han destruido esos políticos llenos de ambición de poder, que no sueltan las poltronas, que han hecho de la política un oficio, que renuncia a sus propias raíces para alcanzar el poder, que constantemente están diciendo que ellos son mejores que el del partido político contrario, que ofenden a los votantes que no lo han votado a él y que si hacen algo mal, también lo había hecho el del partido contrario, que cambia leyes para dejar huella de su poder, y si esas leyes no sirven para mejorar la convivencia entre los españoles,
la culpa la tiene Franco.

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