sábado, 16 de abril de 2016

ENTRE PUCHEROS -VII-

Macarrones gratinados con chorizo
Hoy cuando me levante y me asomé a la ventana, vi como la lluvia se había hecho la dueña de la mañana, y que con todo seguridad impediría llevar a Polilla a pasear, así que me propuse hacer las cosas de casa, y cuándo terminará me iría  a comer ¿a dónde?, ya lo pensaría.
Abrí el frigorífico para prepáreme el desayuno,  y me dije por enésima vez:
-Tengo que arreglar éste frigorífico, y la despensa, parece que hay mucho y nada.-


viñeta http://www.abc.es/fe-de-ratas/
Cuando me tomé un zumo de naranja, un bocata de mortadela con pan mojadito con aceite, y un café con leche, me puse manos a la obra, es decir primero hacer la cama pasar la aspiradora ducharme, bueno lo delimito con un etc.-y a continuación abrí la despensa y allí me encontré que había entre no sé cuantas cosas que creo nunca las emplearé, “lentejas, garbanzos arroz, una caja llena de pasta”, pasta correspondiente a las primeras acepciones según el diccionario, de las otras acepciones nada.
Entre la pasta hecha con masa de harina y otros ingredientes, había una resto de macarrones, (“la bolsita ponía pluma”), que pesaba algo menos de 100 gramos. La deje fuera de la despensa, con el fin de averiguar que hacía con ello.
En el frigorífico había un chorizo gallego ahumado y con algo de moho, lo lavé quitándole el moho, y también lo deje fuera. Un bote de 260 gramos de salsa boloñesa a la que le faltaba algo menos de una cucharada y le deje fuera porque en ese momento "se me encendió la bombilla".
No me iría a comer el menú del día a ningún sitio, me prepararía
Macarrones gratinados con chorizo.
Solo me faltaba un par de champiñones, pues el queso rallado en hilo especial para gratinar lo tenía en un sobre de 50 gramos sin abrir.


Fui al súper y en un “plis plas” volví con los champiñones pan y leche.

Lavé los champiñones los corté en láminas, y los puse a dorar en una sartén con unas gotitas de aceite puro de oliva, cuando estos empezaban a dorarse un poquito, puse el chorizo que había cortado en finas rodajas. Un par de vueltas con la cuchara de palo y añadí la salsa revolviendo bien, y cuando empezaba a hacer  “”fuff” baje el fuego al dos.
Puse al fuego una olla con un litro de agua, unas gotitas de aceite y algo de sal, y cuando empezó a hervir eche los macarrones, removiendo bien, mantuve el fuego, y de vez en vez removía tanto los macarrones como la “mixtura”,  a la que le puse una cucharadita de albahaca.

Pasados unos doce minutos, apague el fuego de los macarrones, y bajo el grifo con agua fría los volqué en un colador grande, y ahí los deje.
En una fuente para horno, puse primero toda la mixtura bien extendida, y sobre esta los macarrones, también bien extendidos, espolvoreé bien el queso rallado en hilo, y sobre este pulvericé aceite con hierbas. Y una vez preparado metí la fuente en el horno, en el que ya había encendido el grills y tras unos cinco minutos lo saque del horno y este es el resultado.


Una fotografía mala de verdad, pero un plato exquisito.

Cavilemos
Fallos; el mío de siempre la sal, por eso me limito a decir “algo de sal
Como se puede mejorar; poner un poco más de salsa boloñesa.
 Y lo mejor: que he encontrado una receta con la cantidad suficiente para una persona, es decir para mí.
Y lo peor que sigue el frigo y la despensa sin arreglar.


nota del autor: cuando digo: Hoy me levante, me refiero al día de aywer es decir al día 15/04/16