Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: ‘Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.”»
La liturgia de hoy nos esta indicando que hemos de preparar nuestro corazón, porque Él viene donde encuentra apertura y disposición de amor.
Y así llegará como el Buen Pastor que apacienta su rebaño y se preocupa de los corderillos y de las ovejas más débiles.
Preparemos por tanto nuestro corazón, eliminando mezquindades, y con todo pudor demos muestra de nuestra fe, con el firme propósito de respetar a los demás.
Cumplamos el más importante mandamiento que nos dio:
Que amemos a Dios sobre todas las cosas, y nuestro prójimo como a nosotros mismos.
imagen copiada de http://www.ongffi.org/
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