lunes, 8 de diciembre de 2008

HUMOR -III-


En una gira por la ciudad de gente de la tercera edad, una viejita se levanta de su asiento y le toca el hombro al chofer, y le ofrece un buen puñado de almendras sin cáscara, el chofer sorprendido, le da las gracias y se las come con agrado.
Cinco minutos después, la abuelita repite el gesto, el chofer vuelve a agradecerle y se come sus almendras.
Cinco minutos más tarde viene con otro puñado.
Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede más y le pregunta:
Dígame abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de almendras peladas, pero usted... ¿no cree que a lo mejor sus cuarenta amigos y amigas querrían también unas pocas?
-'No joven, como no tenemos dientes, solo les chupamos el chocolatito!!!
¡¡ je. je. je.!!

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