SEGISMUNDO
¡Válgame el cielo, qué veo!
¡Válgame el cielo, qué miro!
Con poco espanto lo admiro,
con mucha duda lo creo.
¿Yo en palacios suntuosos?
¿Yo entre telas y brocados?
¿Yo cercado de criados
tan lucidos y briosos?
¿Yo despertar de dormir
en lecho tan excelente?
¿Yo en medio de tanta gente
que me sirva de vestir?
Decir que sueño es engaño;
bien sé que despierto estoy.
¿Yo Segismundo no soy?
Dadme, cielos, desengaño.
Decidme: ¿qué pudo ser
esto que a mi fantasía
sucedió mientras dormía,
que aquí me he llegado a ver?
Pero sea lo que fuere,
¿quién me mete en discurrir?
Dejarme quiero servir,
y venga lo que viniere
He recordado que ya hace
unos años, cuando primero estaba el tres seguido de un dos, te dedique una reseña de mi blog, transcribiendo
un breve fragmento de uno de los muchos de monólogos de Segismundo.
Y hoy cuando el tres ya se
convirtió en un cuatro y el dos en un tres, he creído oportuno, aunque no sea
muy original, felicitarte con este monologo de Segismundo.
Felicidades, muuuuuchas hijo.
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