domingo, 26 de enero de 2014

ALDABONAZO

Pues era un lunes de un mes de Enero lluvioso y frio, la mayoría de los ciudadanos  se habían refugiado en sus hogares huyendo del frio climatológico, y de la frialdad con que la casta política los trataba, para esa casta política no existía traba alguna, la economía iba muy bien, para ellos claro, solo algunos estaban algo preocupados, se habían pasado de corruptelas, y los habían pillado con las manos en la masa, y entre abogados y todo lo que tendrían que acometer con dadivas, al menos un treinta por ciento de todos aquellos dispendios que habían obtenido con malas prácticas le desaparecerían, así que tenían que buscar la forma y a las personas que con su influencia política y judicial les alejara de aquel calvario que solamente era cosa de los menesterosos ciudadanos.

Alguno de aquellos ciudadanos encendieron el televisor, quizás sería la última que lo harían, ya que una vez más la factura de la “luz” ha sido incrementada, lo había anunciado a bombo y platillo el inepto gobierno de turno, y congratulándose que gracias a su fructuosa  gestión la subida había sido muy inferior a lo que las empresas eléctricas querían aplicar.

En una de las múltiples cadenas que un operador maneja, estaban entrevistando al presidente del gobierno, la audiencia era baja, y la atención que se le estaba prestando mínima, todos conocían las contestaciones de aquel político, que son reiteradas coletillas, y ambiguas declaraciones. Pero de pronto se salió de su acostumbrado guión, y soltó lo que para muchos de los ciudadanos fue un autentico aldabonazo, que puso en pie a jueces fiscales abogados inspectores de hacienda, sus palabras no eran conjetura, ni estimación, eran una orden a todos ellos y algunos más;
“Le irá bien. Estoy convencido de su inocencia”

Así de este modo ilegitimaba, de forma oficial, la actuación del juez que había llamado a declarar como imputada a la hija del Jefe del Estado.

-Si vuestra merced se enoja -respondió Sancho-, yo callaré, y dejaré de decir lo que soy obligado como buen escudero, y como debe un buen criado decir a su señor. (Don Quijote de la Mancha capitulo XLVI-En la venta)

Y en menos de ochenta horas se presentan ante el juez que lleva el caso, tres técnicos de hacienda, para decirle que, “donde habían dicho digo, querían decir lo contrario aunque entendiera lo mismo”.

El juez les preguntó acerca de tres facturas que ya admitieron son irregulares. Eso sí, se negaron a tildarlas de «falsas» y prefirieron usar el término «simuladas».

En este sentido explicaron al juez que consideran «parcialmente simulados» estos recibos porque, si bien «no responden a servicio alguno, sí se produjo el pago de los 69.900 euros». De ahí que establezcan esa diferencia entre un tipo de facturas y otras.

Es decir que es una formula, admitida desde ahora por la hacienda para proveerse, de lo que vulgarmente esos vasallos poco agradecidos a tantas prebendas como reciben por medio de subida crecientes de impuestos, llaman “dinero negro”.

Claro que la formula será admitida, siempre que no la hagan los plebeyos que con enorme osadía pretenden eludir sus obligaciones fiscales.

 Es mera coincidencia cualquier parecido con la realidad, y si la hubiere, la realidad me ha plagiado

acepción
aldabonazo.
(De aldabón).
        1. m. Golpe con la aldaba o con el aldabón.
        2. m. Llamada de atención.

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