1 Cuando David se estableció en su casa y el Señor le dio paz, librándolo de todos sus enemigos de alrededor, 2 el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios está en una tienda de campaña».3 Natán respondió al rey: «Ve a hacer todo lo que tienes pensado, porque el Señor está contigo». 4 Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos: 5 «Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: ¿Eres tú el que me va a edificar una casa para que yo la habite?
Desde el momento que por su gran fe creyó las palabras del ángel enviado por Dios. (Lucas , La Anunciación)
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y el pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.' Y María dijo al ángel: '¿Cómo será eso, pues no conozco varón?' El ángel le contestó: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu prima Isabel que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.' María contestó:
'Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según su tu palabra'. »
'Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según su tu palabra'. »
Al igual que nuestra Santísima Madre la Virgen María, hemos de estar dispuestos hacer la voluntad del Señor, y meditar en nuestro corazón el misterio del nacimiento de Cristo.
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