*-"el blog de vertolan"-*: LA PRIMA DE SERGIO

jueves, 4 de agosto de 2011

LA PRIMA DE SERGIO

Si recuerdo bien, fue Quevedo quien dijo; El rico se ríe con el bufón, y el bufón se ríe del rico, porque hace caso de los que lisonjea.

Ayer leí que el señor Rodríguez dejo Doñana, para ir a La Moncloa y ha dicho que España no puede tomar decisiones unilaterales, porque es una crisis mundial que tiene que ver con el conjunto de la Unión Europea y con la inestabilidad política en Estados Unidos. ^elpaís.com ^

Y es que a esta desgracia del señor Rodríguez, le pasa aquello que un político alemán (Arthur Schopenhauer) ya hace muchos años dijo: No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige.

Y es que ese viejo dicho de; zapatero a tus zapatos, este Zapatero, no ha querido aplicárselo, y se ha metido a aprendiz de brujo, intentando crear unas potingues que han corrompido todo lo que tocan.

Es cierto, que con los que con los pies en el suelo vivimos, y era la salud de la economía de nuestra empresa y de nuestro hogar la que teníamos que cuidar, ya vaticinamos desde mediados del 2006 que se avecinaba una debacle, pero este señor Rodríguez no quería enterarse, y así de este modo después de dilapidar lo poco que era mucho más de lo que muchos tenían, y después de poner como responsables de la situación cada día a uno, ahora ya tira la toalla, pero aún sigue en el ring, dispuesto a terminar el combate como mártir de todos, con el agravante, de que los estamos pagando los errores de su ignorancia y desprecio a todos los españoles somos eso, los Españoles.

Y es que con similar arma a la empleada entre los años 1940 y 1970, él la ha blandido para imponer su desacertado criterio de política.

Dicen el refranero español; A árbol caído, todo son piedras.

Pero parece que este árbol así como otros que lo rodean, no se ha enterado que se cayó pocos días después del el 14 de marzo de 2004, cuando dijo aquello de cualquiera puede ser presidente de gobierno.

Y ahora cuando la prima de sergio, se pone al borde de los 390, se da cuenta que para ser presidente de España, no vale cualquiera, es algo más serio que jugar al monopoly, vulgarmente conocido en los años 60 por el palé, para lo cual tampoco sirve cualquiera.