Pues lo hice:
---""Potaje de Semana Santa”” ---
Si señor, y me salió riquiiisiiiimoooooo,
y no es porque lo diga yo, es que mi suegra lo ratificó.
¿Y cómo lo hice? Pues muy fácil;
Compre un tarro de garbanzos cocidos, una bolsa de espinacas frescas picadas, y
bacalao ya despiezado sin desalar, por lo cual lo puse la noche anterior en
agua muy fría para que desalara, y también puse en agua un pimiento choricero.
Por la mañana del Viernes, preparé los avíos necesarios para realizar tal faena.
Una cacerola, un mortero, cucharas de madera, aceite, sal, pimienta negra
molida, cebolla picada, ajo, un tomate y una hoja de laurel. Luego fui
necesitando más cosas pero bueno, lavándome las manos cada vez que tenía que
buscar algo nuevo, y vuelta a lavar, y así de este modo se hace más activo.
--Lave los garbanzos para quitarle, una especie de gelatina que traen, quedando
como si fueran que los había tenido en agua desde la noche anterior.
--Al pimiento le quite la carne que reserve, la piel la deje en el agua.
--Lavé las espinacas, pues aunque dice el envase que están limpias, pero mi
Marilú me enseñó que todo hay que lavarlo por si acaso, ¡ah! y la hoja de
laurel también la lavé.
Ya estaba todo preparado para poner la cacerola sobre el redondel que señala mi
vitrocerámica donde dará el calor necesario, y así lo hago, pongo el mando en
el seis, y el agua donde había tenido el pimiento choricero, la vierto en la
cacerola, espero unos segundos, y añado los garbanzos media cabeza de ajo, los
dientes un poco machacados con la mano pero sin pelar, la hoja de laurel, unas
gotas de aceite y una poquita de sal, y bajo el fuego al cuatro, y de reojo
observo por si hacia espuma para quitarla, mientras en una sartén puse una
cucharada sopera de aceite a calentar.
El bacalao desalado lo sequé un poco con un paño de cocina, y despiezándolo un
poco más lo puse en la sartén cuando el aceite ya estaba templado, lo rehogué
un poquito y lo reserve. En ese mismo aceite con algo de gelatina que había
soltado el bacalao, puse las espinacas, moviéndolas hasta que encogieran un
poco, en ese momento las incorporé a la cacerola. Moviendo con la cuchara de
madera para mezclar bien con los garbanzos. Y hecho esto, puse el fuego en el
tres y tapé la cacerola.
Y ahora viene la parte del toque personal, vamos a preparar el sofrito mientras se cocinan los
garbanzos, y este lo haré a mi manera.
--Pico fino un par de dientes de ajo y pelo otro.
--Pelo una cebolla y la pico en juliana pequeña.
--Pico en trozos muy pequeños un pimiento verde de los llamados italiano.
--Pelo y troceo un tomate.
“*ni que decir tiene que todo este
picadillo lo debía haber preparado antes, pues ahora vienen las prisas*”.
--Pongo en el tostador pan integral de molde a temperatura máxima.
--En la sartén donde habíamos rehogado las espinacas vertemos un par de
cucharadas de aceite y freímos el ajo a fuego cuatro.
--En cuanto coge un tono dorado, retiro el diente de ajo entero.
--Añado la cebolla, cuando esté pochada, añado el pimiento verde, y sigo
rehogando.
--Añado un poco de vino blanco, y cuando pierda el alcohol, añado el tomate.
--Remuevo bien y añado el raspado del pimiento choricero, un poco de sal y
pimienta negra molida.
--No puede cansarme esta “frenética actividad”
y remuevo bien para que todos los componentes se integren perfectamente y no se
pase de cocción, por eso lo pongo a fuego tres.
--Le añado una cucharada de agua del pimiento choricero remuevo y apago el
fuego.
Con todo este ajetreo, el tiempo de cocción de los garbanzos y las espinacas ya
se ha cumplido así que pruebo, y está todo en su punto, añado el bacalao y dejo
el fuego en dos, mientras termino de preparar el sofrito, para lo cual es el mortero
elemento imprescindible, en el que pongo;
--Troceado un poco de pan tostado (casi quemado) y varias cucharadas del
sofrito y machaco y machaco hasta conseguir un “buen majado”
--Y así lo repito hasta conseguir moler todo el sofrito, que lo reservo.(esto
lo hice en tres etapas porque no me cabía en el mortero que tengo, y porque
creo que es más fácil)
--Pongo la cacerola al fuego tres, y remuevo con cuidado los garbanzos las
espinacas y el bacalao, a la par que voy incorporando poco a poco todo sofrito
majado.
--Cuando rompió el hervor le añadí un poco de agua del pimiento, unos hilos de azafrán
removí bien tape la olla y apague el fuego, y lo deje reposar seis minutos
moviendo la cacerola para que no se pegara.
Y ya está.
Eran las dos menos tres minutos cuando le puse un plato a mi suegra, y otro
para mí y ambos repetimos.
Y cuando repetimos, me di cuenta de que me faltaba el huevo duro y los
pimientos morrones asados. Esto tenía que haberlo preparado y servirlo en una
bandeja aparte, para que cada comensal se pusiera lo que quisiera. La próxima vez
no lo olvidare.
imagen propia: el gato de mi vecino mirando como cocino, e intentando entrar para comerse la comida de Polilla. (es un buen contraluz, foto hecha con el movil)