domingo, 15 de diciembre de 2013

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 2013

Isías 35
1. Que el desierto y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florezca como flor;
2. estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo. La gloria del Líbano le ha sido dada, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Se verá la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios.
3. Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes.
4. Decid a los de corazón intranquilo: ¡Animo, no temáis! Mirad que vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, él vendrá y os salvará.
5. Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán.
6. Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo.Pues serán alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa,
7. se trocará la tierra abrasada en estanque, y el país árido en manantial de aguas.En la guarida donde moran los chacales verdeará la caña y el papiro.
8. Habrá allí una senda y un camino, vía sacra se la llamará; no pasará el impuro por ella, ni los necios por ella vagarán.
9. No habrá león en ella, ni por ella subirá bestia salvaje, no se encontrará en ella; los rescatados la recorrerán.
10. Los redimidos de Yahveh volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá alegría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adiós, penar y suspiros!

Mateo 11, 2-3, 5-6
2 Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle:
3 «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?».
5 los ciegos ven, y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen. los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Nueva Buena;
6 y dichoso aquel que no halle escandalo en mí



¿Y nosotros?, esperamos a otro redentor que nos libere de las penalidades terrestres, o somos capaces de aceptar a Dios tal como es, el que dijo: "deja todo y sigueme" Lucas 18, 22.
Esperamos un redentor que nos allane los caminos?, o somos  mensajeros de nuestra fe, que vamos por delante para que crezca la esperanza y certeza de la llegada del Mesías.
Abramos nuestros corazones, y aceptemos a Dios como se muestra en Jesús,  proclamemos la Buena Nueva de la venida del Hijo de Dios.

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