lunes, 24 de junio de 2013

MAÑANA LLORARAN

En el periodo comprendido desde Garcilaso y Boscan mediado el siglo XVI, hasta el año la muerte de Calderón de la Barca acaecida en el 1681, conocido por el “Siglo de Oro”, las letras españolas alcanzan su mayor esplendor, y es entonces cuando con la aparición de “El Lazarillo de Tormes”, se inicia el camino de la novela realista y de la comedia, y engarzados en los textos aparecen frecuentemente, fábulas, romances y cuentos, ya conocidos de antaño transmitidos oralmente de generación en generación.
Y en pleno apogeo del idioma castellano, coincide con la decadencia política de España, y con una grave crisis económica.
Sumado todo ello, llevó a la sociedad estamental española a un proceso de polarización destacada por el empobrecimiento del campesino que constituía la mayor parte de la población, la debilidad de la burguesía y las clases medias, y el crecimiento de los grupos sociales improductivos como la nobleza y el clero en un extremo y los marginados: pícaros, vagos y mendigos en otro.
La mentalidad social imperante, marcada por el desprecio al trabajo agravó la crisis social y económica, y el pícaro y el hidalgo ocioso, se convirtieron en arquetipos sociales de la España del Barroco.

Esto viene a cuento por lo que la señora vicepresidenta Saez de Santamaría ha dicho: "Nos ha llegado la hora del sacrificio a los políticos" ^-.http://www.elmundo.es/-^, después de año y medio largo machacando a todos los españoles.
Y como en aquel entonces, mientras la crisis económica la soportamos los ciudadanos de a pie, los políticos cual hidalgo ocioso y pícaro, se convierten en especímenes de difícil catalogación en la España de Rajoy.
Y de aquellos entonces es la fábula
Mañana Lloraran

Rondando un corregidor una noche, topó unos ladrones que llevaban unos cofres.
--Tened, tened a la justicia, dijeron veinte corchetes alrededor, que esto dijo el corregidor.
--Señor, dijeron ellos murióse el dueño de esta casa, y pasamos a otra posada estos cofres.
--Pues, ¿Cómo no lloran?, dijo él
Los ladrones dijeron:
--Señor, mañana llorarán, que ahora es fresca la cosa.
Otro día pasó por allí el juez, y era tanta la grita que se oía en toda la calle, porque ladrones los habían robado aquella noche.


¡¡Cavilemos!!
“Mudando los cofres”, los ladrones dijeron,
el corregidor los creyó, “era por un duelo”.

Los corregidores hoy, los cofres nos confiscan,
“y en duelo constante” . . .nos abandonan”


enlaces y fuentes

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