En el periodo
comprendido desde Garcilaso y Boscan mediado el siglo XVI, hasta el año la
muerte de Calderón de la Barca acaecida en el 1681, conocido por el “Siglo de
Oro”, las letras españolas alcanzan su mayor esplendor, y es entonces cuando
con la aparición de “El Lazarillo de Tormes”, se inicia el camino de la novela
realista y de la comedia, y engarzados en los textos aparecen frecuentemente,
fábulas, romances y cuentos, ya conocidos de antaño transmitidos oralmente de
generación en generación.
Y en pleno apogeo del
idioma castellano, coincide con la decadencia política de España, y con una grave
crisis económica.
Sumado todo ello, llevó
a la sociedad estamental española a un proceso de polarización destacada por el
empobrecimiento del campesino que constituía la mayor parte de la población,
la debilidad de la burguesía y las clases medias, y el crecimiento de los
grupos sociales improductivos como la nobleza y el clero en un extremo y los
marginados: pícaros, vagos y mendigos en otro.
La mentalidad social
imperante, marcada por el desprecio al trabajo agravó la crisis social y
económica, y el pícaro y el hidalgo ocioso, se convirtieron en arquetipos sociales
de la España del Barroco.
Esto viene a cuento por lo que la señora
vicepresidenta Saez de Santamaría ha dicho: "Nos ha llegado la hora del sacrificio a los
políticos" ^-.http://www.elmundo.es/-^, después
de año y medio largo machacando a todos los españoles.
Y como en aquel entonces, mientras la
crisis económica la soportamos los ciudadanos de a pie, los políticos cual
hidalgo ocioso y pícaro, se convierten en especímenes de difícil catalogación
en la España de Rajoy.
Y de aquellos entonces es la fábula
Mañana Lloraran
Rondando un corregidor una
noche, topó unos ladrones que llevaban unos cofres.
--Tened, tened a la justicia, dijeron veinte corchetes alrededor, que esto dijo el corregidor.
--Señor, dijeron ellos murióse el dueño de esta casa, y pasamos a otra posada estos cofres.
--Pues, ¿Cómo no lloran?, dijo él
Los ladrones dijeron:
--Señor, mañana llorarán, que ahora es fresca la cosa.
Otro día pasó por allí el juez, y era tanta la grita que se oía en toda la calle, porque ladrones los habían robado aquella noche.
¡¡Cavilemos!!
--Tened, tened a la justicia, dijeron veinte corchetes alrededor, que esto dijo el corregidor.
--Señor, dijeron ellos murióse el dueño de esta casa, y pasamos a otra posada estos cofres.
--Pues, ¿Cómo no lloran?, dijo él
Los ladrones dijeron:
--Señor, mañana llorarán, que ahora es fresca la cosa.
Otro día pasó por allí el juez, y era tanta la grita que se oía en toda la calle, porque ladrones los habían robado aquella noche.
¡¡Cavilemos!!
“Mudando los cofres”, los ladrones dijeron,
el corregidor los creyó, “era por un duelo”.
el corregidor los creyó, “era por un duelo”.
Los corregidores hoy, los cofres nos confiscan,
“y en duelo constante” . . .nos abandonan”
“y en duelo constante” . . .nos abandonan”
enlaces y fuentes