*-"el blog de vertolan"-*: AFERRADOS A LA POLTRONA

jueves, 11 de abril de 2013

AFERRADOS A LA POLTRONA

La violencia es el miedo a los ideales de los demás.

El diario de papel La Razón en su portada de la edición de hoy, publica una singular fotografía que titula aferrados al pasado, no es que sea incierto, pero considero más cierto que a lo que están aferrados es a la "silla poltrona" de la que no se levanta, ni con agua hirviendo.

Esta "casta política", (apelativo que a los políticos les ofenden mucho, pero deben de estar orgulloso de ello pues no ponen remedio para demostrar lo contrario), que nos ha tocado sufrir a los españoles en estos inicios del siglo XXI, tienen un sorprendente desconocimiento de la realidad, y no se acuerdan o no quieren acordarse, de que unas de las cosas que define la Democracia es que "el poder se constituye desde el pueblo hacia arriba", y que cuando es a la inversa, es decir de "arriba hacia abajo" se llama Autocracia.
Y así nos encontramos que está en crisis la idea de España como Nación, por un desmembramiento del Estado en 17,4 reinos de taifas, lo cual acarrea que como una riada se lleva por delante a las instituciones representativas de la voluntad de los españoles, a las partidos políticos, a la monarquía, a la moral pública, a la tolerancia, a la formación de los ciudadanos, y lo más elemental "la convivencia social", cada día hay mayor desigualdad entre los españoles, y menos libertad secuestrada por el libertinaje.
La crisis económica que estamos padeciendo es hasta cierto punto las consecuencias de la falta de honradez y decencia de los representantes de los ciudadanos, de aferrarse al poder, de la tensión secesionista de Cataluña, de la falta de una Jefatura de Estado.
Y esta crisis solo se podrá superar, cuando tengamos políticos dispuestos a no vivir de la política, sino con ánimo de servir a la los ciudadanos, cuando la representatividad no se demuestre poniéndose a la cabeza de los manifestantes, cuando la dignidad pública sea la norma lógica de convivencia, cuando la idea separatista no sea un mercadeo que se intente superar con un "plato de lentejas" cada vez que sube la fiebre secesionista, cuando en definitiva la Constitución sea respetada por todos, y para lograr todo eso es primordial que nuestros representantes no se aferren a la poltrona.