sábado, 5 de enero de 2013

LA NOCHE DE REYES MAGOS


                                                                  Cinco de Enero 2013
Queridos Melchor Gaspar y Baltasar:

Esta es mi carta número setenta que os escribo, bueno las cuatro o cinco primeras las escribió mi madre, y mi padre se encargó de enviar, así como todas las demás que yo ya os escrito hasta la treinta y nueve, y desde esa ya, él os la lee directamente.

Las primeras que yo escribí lo hice con lápiz, después con pluma y tinta, procurando que no me cayera ninguna gota que manchara el papel, e intentando que en los dedos no quedara más tinta que en el tintero.
Pasaron algunos años y me echasteis una pluma estilográfica, en la carta que siempre me habéis dejado, me decíais que aunque no la había pedido entendíais que ya era hora que abandonara el tintero.
Creo que fue mí carta número quince o quizás la dieciséis, la que os escribí con máquina de escribir. Os pedía un reloj, siguiendo la indicación de mi madre pues me decía que me retrasaba y no llegaba a la hora que tenía que llegar, y que lo mejor que podía pedirle a los reyes era un reloj. Me dejasteis el reloj, y en la carta me decíais; que la definición del verbo escribir es “representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie”, y me seguíais diciendo que os agradaba más ver mi letra, que la de forma impresa, y que por eso subrayabais trazados
No volví a escribiros con máquina de escribir, lo hice casi siempre con bolígrafo, hasta hoy, la carta número setenta que la hago con ordenador, y seguro que comprenderéis el porqué, y es que hasta ahora, cuando falta tan pocas horas para la Noche Mágica, no tenia muy claro cual de las múltiples cosas que os deseo pedir ha de ser la primera y única.
Así, para que esta carta os llegue a tiempo, en estos tiempos, no hay nada mejor que lanzar mi carta al espacio para que mi padre os la lea.
Y como siempre, mis queridos Reyes Magos, solo me resta daros las gracias, pues sé que me daréis mucho más de lo que os pido, y que no hace falta que lo describa ni con letras de forma impresa, ni con trazados, vosotros sabéis perfectamente leer en el corazón de todas las personas que con esperanza deseamos amor y caridad para el mundo entero.
Y en esta Noche Mágica, aguardo ser como aquel niño lleno de ilusión que os escribió la quinta carta, y como aquel, os envío todo mi cariño.

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