A la chita callando la correspondencia, vulgarmente correo llamado, secuestrada la tienen. Pocos conocen que miles de cartas, con mensajes de amor muchas de ellas, con facturas de gas otras, algunas con fecha de caducidad, y con invitaciones también, en el edifico de correos amontonadas las tienen. Y allí están, junto a paquetes que portan ilusiones esperadas, y otras cosas que sin delito alguno, a su destino no han llegado, porque a la chita callando, el correo tienen secuestrado. Pocos saben que rescate piden, pocos se preocupan de ello, al fin, el correo, aquel viejo correo que el cartero a su destino llevaba, los tiempos modernos, lo está cesando, y este secuestro, lo esta matando.
Correos y trabajadores ultiman un acuerdo para poner fin a más de un mes de huelga.
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