lunes, 13 de julio de 2009

EL VIAJE


Cuando el pasado jueves día 9 de julio, a las siete de la mañana sonó el timbre del despertador, ya llevaba algunos minutos levantado, el viaje a Oviedo me ayudó a madrugar, quería salir lo antes posible para lo antes posible llegar. Mas lo que Dios dispone, y el hombre propone, la mujer lo descompone, y así hasta las 14horas y 18 minutos no nos pusimos en carretera, acompañado, por la madre de la madre de la madre de mi nieto, y mi nieto. O lo que es lo mismo, viajábamos; la nieta, la hija de abuela, y la madre de la abuela, mi nieto y yo, esta claro ¿verdad?


Había dos caminos para llegar al destino, uno de aproximadamente 560 Km., y otro de 412 Km., la decisión de cual debíamos tomar estaba clara, ¿verdad?, pues efectivamente tomamos el camino de los 560 Km., y así después de tres paradas, la mas corta de 25 minutos, para atender al pequeñajo y adultos, unos kilómetros de niebla, y paisajes entre montañas llenos de belleza, llegamos sobre las 21 horas y algunos minutos a nuestro destino. Eso sí llegamos bien, aunque algo malhumorados y mucho mas fatigados.


Al día siguiente por la mañana hicimos la visita a la ciudad, y por la tarde fuimos a recibir sobre las 20 horas a los que ese mismo día salieron sobre las 16horas, del mismo lugar que nosotros habíamos salido el día anterior, y tuve que aguantar las guasas, encima de que ellos solamente viajaron el padre del nieto y el tito y la tita del nieto, es decir la diferencia del número de personas era considerable, y encima se vinieron por la ruta de los 412 km., ¡¡¡Así cualquiera hace el recorrido en cuatro horas!!!, claro que digan lo que digan no pararon ni para "hacer pis".



A eso de las once de la noche me acerque a la sidrería, donde un “puñao” grande de gente joven estaba celebrando una fiesta muy especial, del tito mayor del nieto y la tita. Serian aproximadamente la una de la madrugada, o quizás algo más, cuando decidimos el padre de la tita y yo, marcharnos a dormir, era lo más prudente, pues aquel grupo de amigos y amigas, de la pareja incluida esta, "estaban dispuestos ver amanecer".

A las doce de la mañana del sábado después ímprobos trabajos, conseguí reunir a alguno de los primos del tito del nieto, al otro tito, al padre y al nieto, algunos de ellos no sabían si se había levantado, o aún no se habían acostado. Los componentes del sexo femenino de esta “parentela”, brillaban por su ausencia, lógicamente estaban en la peluquería, excepto la hija de abuela, y la madre de la abuela. Paseamos por las calles de Oviedo en una mañana primorosa, llena de sol y en el parque de San Francisco esperamos a las damas.
Cuando los componentes femeninos, con sus atractivos peinados se unieron al grupo, este ganó en número de personas, pero sobre todo en belleza, y una vez todos juntos, trece adultos y un nieto, fuimos a comer a un típico restaurante asturiano.

Una vez terminada la comida, nos fuimos cada uno a nuestro hotel a prepararnos para la ceremonia que a partir de las siete de la tarde celebraríamos la familia y amigos de la tita y del tito del nieto. De esta maravillosa reunión familiar solamente voy a contar eso, que fue una celebración maravillosa, porque si lo relatara esta reseña se haría muy larga, y al fin, es algo tan sumamente personal, que deseo guardarlo en mi recuerdo.


¡¡Ah!! Volvimos el domingo por la ruta de 412 km., en el regreso no vino la nieta y el nieto. Y a pesar que solamente paramos veinte minutos, me pareció también muy larga, seria quizás porque estaba cansado, o porque se quedaban atrás tantas vivencias vividas en la ciudad de Oviedo

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