No
se cuantas veces me he puesto a escribir y no he sabido ni tan
siquiera empezar, otras, cuando conseguí lanzarme en pos de la
imanación para expresar mi tristeza pocas veces he llegado al final,
y casi ninguna la he publicado.
Hoy
deseo, no, hoy voy a llegar al fin, quiero decirle mi mejor Adiós
a Polilla, voy a expresar con
mi sencilla semántica que ha sido Polilla
en y para nosotros.
Nuestra
Polilla,
que con sus largas patas, hocico y barriga rosada, orejas puntiagudas
orientándolas a cualquier voz o susurro, llegó a nuestra casa, que
a las 48 horas la hizo de ella, dispuesta a dar toda la guerra
posible y algo más.
Era
la perrita mas fea que había en la perrera, aunque muchos decían
que era un primor, lo decían para que el animal no se deprimiera,
porque teatro tenia bastante, nos dimos cuenta cuando ya era tarde,
su puesta en escena allí en la perrera fue de óscar a la
interpretación, estaba agazapada detrás de los demás que con sus
ladridos reclamaban nuestra atención, ella con su silencio nos hizo
creer que jamás molestaría al vecindario, ¡¡¡ja!!!
La
historia es larga, muy larga, han sido más de catorce años y en
todos esos años mil y unas historias han sucedido donde la
protagonista era Polilla, muchas
alegres, otras nos llenaron de enojo, y otras de inquietud al saber
que su desprecio a quien no era parte de su familia, era como
consecuencia del maltrato que había recibido antes de ser llevada a
la perrera municipal, y que su barriguita rosada era consecuencia de
una piel delicada, y alérgica.
Eso hizo que la tratáramos con mucho un cariño, no apropiado para una perrita, pero sí para nuestra Polilla alias "albita", y ella se dio cuenta que con sus jugarretas y cariños, nos embelesaba y que su compañía nos hacia felices, y ella también se le veía feliz.
La felicidad que sentíamos todos, se vio truncada cuando su amita falleció, la esperó muchos días, quizás hasta hoy, yo no supe sustituirle en el cariño que ella le daba, pese a que la trataba con el mismo cariño o quizás más que antes, pero Polilla notaba su ausencia, y eso con toda seguridad le hizo agravar su salud.
Así que entendimos que había que darle nuestro cariño en otro hogar, donde no buscara por los rincones a su amita, y allí se fue con mis nietos y sus padres, y durante un precioso tiempo vivió pudiendo correr por el monte en compañía de otros perros y de su colega Timi.
Y
hoy ya no pudo más, su salud y su Veterinario Juan ya no pudieron
hacer nada para que siguiera con nosotros. Sí creo que ha sido feliz
todos estos años que ha estado con nosotros, y ahora mucho más,
pues por fin encontrará en un bello y dulce lugar a su amita.
ADIÓS POLILLA, ADIÓS
algunos
enlaces de mi blog donde aparece polilla