Macarrones gratinados con chorizo
Hoy cuando me levante y me asomé a la ventana, vi como la
lluvia se había hecho la dueña de la mañana, y que con todo seguridad impediría
llevar a Polilla a pasear, así que me propuse hacer las cosas de casa, y cuándo
terminará me iría a comer ¿a dónde?, ya
lo pensaría.
Abrí el frigorífico para prepáreme el desayuno, y me dije por enésima vez:
-Tengo que arreglar éste frigorífico, y la despensa, parece que hay mucho y
nada.-
Cuando me tomé un zumo de naranja, un bocata de mortadela con
pan mojadito con aceite, y un café con leche, me puse manos a la obra, es decir
primero hacer la cama pasar la aspiradora ducharme, bueno lo delimito con un etc.-y
a continuación abrí la despensa y allí me encontré que había entre no sé
cuantas cosas que creo nunca las emplearé, “lentejas, garbanzos arroz, una caja
llena de pasta”, pasta correspondiente a las primeras acepciones según el
diccionario, de las otras acepciones nada.
Entre la pasta hecha con masa de harina y otros ingredientes, había una resto
de macarrones, (“la bolsita
ponía pluma”), que pesaba algo menos de 100 gramos. La deje fuera de la
despensa, con el fin de averiguar que hacía con ello.
En el frigorífico había un chorizo gallego ahumado y con algo
de moho, lo lavé quitándole el moho, y también lo deje fuera. Un bote de 260
gramos de salsa boloñesa a la que le faltaba algo menos de una cucharada y le
deje fuera porque en ese momento "se me encendió la bombilla".
No me iría a comer el menú del día a ningún sitio, me prepararía
Macarrones gratinados
con chorizo.
Solo me faltaba un par de champiñones, pues el queso rallado en hilo especial
para gratinar lo tenía en un sobre de 50 gramos sin abrir.
Fui al súper y en un “plis plas” volví con los champiñones
pan y leche.
Lavé los champiñones los corté en láminas, y los puse a dorar
en una sartén con unas gotitas de aceite puro de oliva, cuando estos empezaban
a dorarse un poquito, puse el chorizo que había cortado en finas rodajas. Un
par de vueltas con la cuchara de palo y añadí la salsa revolviendo bien, y
cuando empezaba a hacer “”fuff” baje el
fuego al dos.
Puse al fuego una olla con un litro de agua, unas gotitas de
aceite y algo de sal, y cuando empezó a hervir eche los macarrones, removiendo
bien, mantuve el fuego, y de vez en vez removía tanto los macarrones como la “mixtura”,
a la que le puse una cucharadita de albahaca.
Pasados unos doce minutos, apague el fuego de los macarrones,
y bajo el grifo con agua fría los volqué en un colador grande, y ahí los deje.
En una fuente para horno, puse primero toda la mixtura bien
extendida, y sobre esta los macarrones, también bien extendidos, espolvoreé
bien el queso rallado en hilo, y sobre este pulvericé aceite con hierbas. Y una
vez preparado metí la fuente en el horno, en el que ya había encendido el grills
y tras unos cinco minutos lo saque del horno y este es el resultado.
Una fotografía mala de verdad, pero un plato exquisito.
Cavilemos
Fallos; el mío de siempre la sal, por eso me limito a decir “algo de sal
Como
se puede mejorar; poner un poco más de salsa boloñesa.
Y lo mejor: que he encontrado una receta
con la cantidad suficiente para una persona, es decir para mí.
Y lo
peor que sigue el frigo y la despensa sin arreglar.
nota del autor: cuando digo: Hoy me levante, me refiero al día de aywer es decir al día 15/04/16